Por Jorge E. Huerta Ling
A dos años de
que Enrique Peña Nieto fue impuesto en la Presidencia de la República en medio
de un proceso electoral marcado por la compra del voto y la incidencia directa
de los poderes fácticos económicos y mediáticos, las promesas de campaña han
resultado un engaño, pues el estado que guarda la Nación es deplorable.
La realidad en la que
vivimos la mayoría de los mexicanos, a pesar de que haya un despliegue
mediático que busque maquilar los hechos con las cacaraqueadas reformas
estructurales de Peña Nieto y sus aliados en el Pacto por México, quienes hasta
ahora lo que han hecho es aumentar los impuestos como en el caso de la gasolina
que tiene un efecto multiplicador en el incremento de los productos de la
canasta básica y de los servicios como el transporte, premiar a los
legisladores que aprobaron estas reformas para que en el futuro se puedan
reelegir, pero sobre todo que han cambiado principios fundamentales de la Constitución
Mexicana para entregar contratos a empresas nacionales o extranjeras para la
explotación del Petróleo, el gas, las refinación, la petroquímica y la
industria eléctrica.
Las promesas de Peña
Nieto han resultado una farsa, toda vez que se comprometió a que habría un
crecimiento anual al menos del 6%, tres veces más de lo que en promedio había
crecido la economía mexicana en los últimos once años (2%). En el año 2014
pronosticaron un crecimiento del 3.7%, pero al darse cuenta que no se
realizaría lo han tenido que ajustar al 2.7%. La falta de crecimiento económico
ha tenido un impacto directo en el desempleo el cual ha aumentado del 4.9% que
hubo en el 2013 al 5.7% en julio del 2014, de igual forma incide en contra de
la economía popular al incrementarse el precio de los artículos de consumo de
primera necesidad por encima del incremento al salario mínimo, por lo que ha
disminuido la capacidad adquisitiva.
El grupo de Peña
Nieto que se aglutinó en el Pacto por México, se ha ocupado de realizar
reformas que benefician a quienes detentan el poder, a los grandes empresarios
mexicanos y extranjeros y a los jefes de las elites políticas, pero no de
resolver la pobreza y la desigualdad en que vive la mayoría de la población, así como la inseguridad y la toma de decisiones para mantener la paz entre los ciudadanos en los bloqueos y marchas por todo el país, sin hablar de los 43 desaparecidos, que el tema ni lo menciono en este artículo.
Tampoco le ha
interesado combatir el problema más grave que hay en las instituciones públicas
en México que es el de la corrupción, ya que para Peña Nieto ésta existe en
todo el mundo y es un problema cultural con una actitud irresponsable,
empezando por los escándalos de su esposa y la de su súper secretario de
Hacienda, Luis Videgaray, ambos casos favoreciendo a la empresa y firma,
propiedad de Juan Armando Hinojosa, quien ha ganado cientos de millones de
dólares en contratos de obras públicas desde que Peña Nieto fue Gobernador del
corrompido Estado de México y todos los contratos con lo cual da por hecho que
la corrupción siga creciendo en nuestro país y se siga arraigando en nuestra
“cultura nacional”, como algo natural como parte ya de un sistema corrupto de
gobierno, pero aquell@s que votaron por un candidato, producto de Televisa y de
la ignorancia.
Los saldos de estos
casi dos años del gobierno de Peña Nieto están a la vista y quien mejor puede
evaluar su gestión somos nosotros y preguntarnos ¿En qué ha mejorado la
situación económica y social de cada persona y familia mexicana con Peña Nieto?
La respuesta es obvia...en nada, por el contrario ha empeorado, es por ello de
que, a pesar de las costosísimas campañas publicitarias de los aduladores de
Peña Nieto, en las encuestas la mayoría de la población reprueba su gestión,
con lo cual concluimos que su gobierno ha resultado un fracaso y que supo venderse con sus dichosas reformas, pero la realidad es otra.
En fin, ahí se los
dejo de reflexión y espero que una tarjeta de Soriana, producto de la
estrategia de campaña orquestada por Videgaray haya sido suficiente para tener
a un Presidente que le quedó grande la banda presidencial y la capacidad de
tomar decisiones y lo más triste de todo, que para las votaciones intermedias
del 2015 para renovar Jefes Delegacionales y la Cámara de Diputados, el PRI
hará de las suyas y lo más grave no es eso, si no l@s mexican@s que volverán a
votar por un PRI que le está haciendo mucho daño a México.
Peña Nieto y sus
colaboradores no tienen soluciones, no tienen propuestas que convenzan a la
gente, los problemas son muy grandes, la política es muy pequeña…!